jueves, 21 de julio de 2011

Capítulo 2. Del oscurantismo a la éra digital. Las redes sociales.

Una vez salí del oscurantismo. Asome la cabeza como en los escritos de Platón y que pedrada tan salvaje la que me lanzaron. La vida social ahora estaba en la web. Tus amigos, tus conocidos y tus desconocidos tenían una forma de informarle al mundo qué les estaba pasando, qué pensaban, qué sentían, con quién lo sentían, a quién pensaban, quién los pensaba, a quién odiaban y lo más vacano de todo era que tú podías comentar al respecto.

Lo que una vez fue privado se esfumo. Eres público, eres parte del ojo del gran hermano que todo lo ve. Eres parte de un reality show en el que no te vas a ganar nada. Eres parte de la sociedad virtual. Y esto implica que ya no te perteneces al 100%, debes parte de lo que eres a la red. Algo así más o menos oscurantista, anticuado, fóbico y cruel me rondaba a mí por la cabeza, era un egocéntrico social. Lo que era mio, era mio y punto, no lo compartía.

Para cuando abrí mi cuenta en facebook ya había asomado la cabeza por fuera de la cueva, ya tenia celular y era un monstruo para el email y las búsquedas en la web. De modo que, por qué no zambullirme a la red social?. En principio me pareció insípida. Me sentía algo bobo escribiendo fraces de algún poeta o escritor, dandome consejos a mí mismo, y comencé a publicar vídeos de música, noticias, artículos y cualquier link que se me antojara. Me di cuenta entonces que todo esto por más estúpido que me pareciera era parte de mí, de mis gustos o aversiones.

Pero todavía me resistía a entregarme a la red social. No me sentía del todo bien. Siempre me había gustado verle la cara a las personas cuando hablaba, leer sus reacciones faciales, escuchar su tono de voz, y depronto con las redes sociales esto ya no era necesario. Los emoticons, los signos de admiración, las formas de escribirse, las fotos, los vídeos, eran capaces de resumir, de condensar, de transmitir el mensaje. La interacción social había cambiado. Yo y mi forma de pensar eramos obsoletos. Necesitaba unirme al horizonte que se estaba dibujando en la cultura. Pero hasta hace poco lo entendí.

Lo que en ese entonces no fui capaz de ver era precisamente la emergencia de las nuevas formas de ser en la red social. Estas nuevas formas de ser fracturaban nuevamente y al mejor estilo de Freud, al sujeto. Era hora de las multiplicidades personales. Estas multiplicidades como yo les digo dan cuenta de las muchas caras que tenemos las personas, no están en función de un rol de nuestra vida (laboral, personal etc) sino en cambio están en función de lo que queremos en todas ellas. De la proyección de lo que somos. Las redes sociales facilitan ésta clarificación para los que las habitamos, nos permiten querer ser, desear ser, intentar ser, aprender a ser, y en ultimas cuando somos lo suficientemente competentes socialmente, sencillamente ser.

Esto es entre otras lo que busca una buena psicoterapia. Seguramente sea un poco atrevida la comparación para aquellos que son o estudian psicología, pero la experiencia me ha mostrado, que el deseo de ser de las personas es la mejor cura para cualquier psicopatología. Y les guste o no, las redes sociales tienen el potencial para hacer esto.

He pensado ya poniéndome un poco más serio en el asunto, hacer investigación sobre las redes sociales y las personas en diferentes puntos. El desarrollo del pensamiento lateral en los usuarios de twiter; el aumento de la capacidad multitarea de las personas y su relación con el uso simultaneo de diferentes redes sociales; la evolución de la foto a la autofoto y al reflectograma desde una mirada estética de la psíque humana; que áreas del cerebro se activan con mayor intensidad al usar facebook?, entre muchas otras cuestiones que me brincan a la cabeza cada vez que estoy en la red. La psicología necesita salir del oscurantismo cibersocial en el que está y ponerse a tono con la subjetividad de la época. Debemos ser capaces de aprovechar las oportunidades que brinda la red. No escribo más al respecto por que sino se me van a adelantar y me quedo sin los derechos de autor al respecto.

La evolución es ahora.

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