jueves, 21 de julio de 2011

Capitulo 1. Del oscurantismo a la éra digital. Cómo pasé de aborrecer la tecnología a pensar tecnocráticamente.

Este es el primer capítulo de mínimo 2 que estoy planeando. Este sobre el celular y el email. Capítulo 2 Sobre las redes sociales. Capítulo 3 una vida sin lo virtual. Así que comencemos.

Hoy es "marnes"hiperconectado, hoy regresé de tierrita caliente, estoy recién sentado después de hacer vueltas en la caótica Bogotá.... pero bueno en fin, eso seguro no les importa. Ja! De paso ni les importe esta entrada pero bueno.

Esta entrada nace de un desparche absoluto, un sentimiento de culpa intelectual al que no quiero hacerle caso y unas ganas de escribir que me carcomen de a poquitos. Así que hoy reflexionaremos sobre el cómo puede un sujeto medianamente inteligente haber llegado a la irrisoria conclusión de que no quiere tener nada que ver con la tecnología. Sí, cómo por todos los twittstars, followes, amigos (facebook), círculos (google+), y contactos de tú celular (el mío tiene mas bien pocos) pude vivir con semejante idea!? no querer nada con la tecnología en pleno siglo XX y posteriormente XXI, seguro tuve una buena razón o me gustaría creer que la tenía.

Pues bien, echando cabeza sobre el asunto, recuerdo con claridad que en uso pleno (es un decir) de mis facultades mentales llegue a pensar que la tecnología era algo que merecía ser aborrecido. Aprendí a mentir gracias a la tele, a repetir las cosas una y otra vez gracias a la radio, mi ortografía se esfumo gracias al corrector de word (al que por desgracia en ocasiones vuelvo para corregir algunas cosillas de estas entradas), perdí la sana costumbre de hablar mirando a los ojos gracias al teléfono, tuve caries por culpa de un cepillo dental electrónico, dañe mi caligrafía por atrofia muscular gracias a los teclados, tengo que usar gafas por culpa de la pantalla del pc, aprendí a odiar los celulares por esos ring ton que te acompañan todo el jodido día, y en especial por que ya no podía estar a solas con migo mismo.


 Sobre el celular:

Bien, estos argumentos han aparecido en diferentes épocas de mi vida, cada uno anclado a su respectiva experiencia social y por ende a la elevación de un significado que intente sopesar tan absurdo pensamiento sobre la tecnología. Como podrán imaginar vivir sin la tecnología de 7 años para acá, era como andar en el carro de los picapiedra pudiendo tener un audi. Efectivamente yo era un neanderthal, y cada vez que se me preguntaba por mi numero de celular, la respuesta era: "Yo no uso esa vaina", dígale eso a un ladrón hoy haber como le va!. La reacción de quien me preguntaba era más o menos la misma (con sus respectivas variaciones), "cómo así y eso por qué?, no le creo". Odio lo celulares! son el invento más abominable que ha hecho el hombre, si el mundo ha de ser destruido será por una llamada, peor aun, si mi mundo y mi tranquilidad han de ser destruidos será por una llamada!. Cuando no quiero que me jodan suena el celular!, cuando estoy en el baño suena el celular, cuando estoy mal parqueado (si me entiende no?) suena el celular, cuando estoy comiendo suena el celular, cuando no quiero que me llame suena el celular, cuando están por robarme y he dicho que no tengo celular el hijo de puta suena!.

Pero hoy tengo celular. A pesar de mi resistencia, mi odio y todos mis argumentos en pro del cara a cara en la comunicación humana, hoy tengo celular. Por diferentes razones debo admitir que la vida social no soportaría una desconexión de semejante magnitud. En primer lugar quien te necesite te llama, es tal vez la razón más poderosa para tener un ceular, darle la oportunidad a las personas de que te encuentren. A mí me tocó cambiar mi fobia social. Dejar de ser el tipo al que nunca encontraban, ni mis padres me encontraban! por qué dejaría que otras personas lo hicieran?, ahhh el deseo, el deseo del otro, del contacto social, de la relación humana, del intercambio simbólico y del cruce cultural me hicieron sucumbir. Evolucione.

Ahora que lo veo con detalle, entiendo que la evolución es parte de todo cuanto rodea al sujeto, la cultura lo hace (no en todas partes pero bueno), el conocimiento lo hace (aunque aveces no se note), los sentimientos lo hacen (los cariños entre Chavez y Uribe son muestra de ello), los conductores de buseta.... no, bueno la evolución no los puede tocar a todos. A lo que me refiero es a que los tránsitos de significado ocurren gracias a las praxis que usurpan la hegemonía de un sentido que no ha sido sometido a prueba con la acción de su antítesis. Fatality!! (Mortal Kombatt, Culturizate con Juan).

 Sobre el correo electrónico:

Curiosamente mi resistencia a la comunicación digital también estaba en el correo electrónico. No fue sino hasta que entré a la universidad y tal vez a 2 semestre que abrí una cuenta. Esta necesidad se multiplico, creció, muto, y ahora tengo 4 cuentas. Es una necesidad, como puede alguien vivir sin correo electrónico?, de que otra forma te enterarías que un paquete de viagra vale 10 dolares? o que dios te ama? o que Bill Gates esta regalando su fortuna y quiere compartirla con tigo? o que tienes que entregar un trabajo de la U para mañana siendo hoy las 11 de la noche?. Solo por email.

La época del email de  hecho fue anterior a la del celular, en mi caso. Escribía constante mente con y para mis compañeros de universidad, de hecho mi lado poético y ñoño flotaba en el email, pero mi lado oscuro lo detestaba, y por eso le ayudaba a escribir, razón por la cual muchas veces ni yo mismo me entendía. El correo electrónico entonces, apareció en mi vida de la mano del intelectualismo mamerto y las ganas de atrapar (véase la entrada anterior: Sobre el leer y escribir). De modo que no opuse mucha resisitencia, además el mail venia con la ganga del chat!. Y quien puede decir que ha tenido la valentía de resistirse al chat? tu vida social no lo soportaría y menos cuando eres feo (el que lo entendió lo entendió).

Dicho esto, debo remitirme a la reflexión que me embarga, me embarga por que se me ha llevado la idea y me perdí con respecto a lo que iba a decir. Fumo un cigarrillo y vuelvo a retomar. Vale ya la cogí otra vez. Decía entonces que en el correo electrónico encuentras una suerte de vaivén de la comunicación mediante la cual se te permite el intercambio de información en su mayoría de tu interés. Las formaciones de sentido aquí hacer parte del conjunto de las retroalimentaciones que se suscitan por acción propia en tu vida real. Las noticias que recibes por mail las has solicitado, los ffww son de alguien que conoces, las presentaciones de que dios te ama igual (en el mejor de los casos) la publicidad no solicitada se genera por las paginas visitadas (de ahí lo del viagra), las cuestiones de la U igual, en fin, todo tiene que ver con lo que has hecho en tu cotidianidad.

Es así como la comunicación a voz ha evolucionado de los gritos estridentes para acortar distancias, al celular que los ha convertido para beneficio de los operadores en la mejor forma de alargarlas. Las necesidades de contacto con el otro han hecho del celular una herramienta vinculante digna de un escrito científico desde una perspectiva antropológica cultural (Véase Cliffor Gertzz. Tema: Artefactos culturales) pues allí donde la necesidad humana aparece, se encuentra longitudinalmente la producción cultural de artefactos, y en este caso de tercer nivel.

En lo que al correo electrónico se refiere, encontramos una involución intecontextual. La web se ha encargado de hacer del correo electrónico un accesorio y no un fin, utilitariamente hablando. Es algo que tenderá a desaparecer dadas las nuevas formas de intercambio de información. Me muero por ser uno de los primeros que presencie semejante cambio.

Salí del oscurantismo que reinaba dentro de mi miedo por socializar gracias a la era digital. Y debo decir en honor a la verdad, que me he gozado la transición. El caos que reina en mi vida virtual en este momento es uno de esos engranajes que esta luchando con la maquinaria que representa la virtualización de lo humano, la comunicación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario