miércoles, 14 de septiembre de 2011

Mis conclusiones. Sus especulaciones. Sobre el mes del amor y la amistad.

Las cuestiones que atañen a septiembre el mes del amor y la amistad no solo derivan de una celebración ritualista, sino también a la necesidad de darle un tiempo especifico a ese amor y a esa amistad.

Si pensamos que las personas requerimos una directriz para prácticamente todo, no es de extrañarse que también la necesitemos para dar manifestaciones afectivas como las de septiembre. Superando la cuestión del marketing y la economía en este mes, nos encontramos con una necesidad latente. La de la ubicación temporal y espacial para las prácticas con sentido. Como seres vinculares manifestarnos con los otros es una necesidad, es parte del deseo de/por/para el otro. Así que no es extraño que la cultura que hemos producido nos halla llevado a orquestar en un mes como septiembre el festejo del amor y la amistad.

Esta entrada es la ultima con relación al tema del amor y la amistad. Considero muy para mis adentros que he gozado más en la praxis de este mes que en la escritura del mismo. De modo que con estos últimos argumentos dejo ir el tema del amante secreto, y el amigo peleón.

Realmente pensamos que esto del mes del amor y la amistad es una cuestión puramente afectiva? o que es una excusa para manifestarse? o que es producto de la economía del mercado humano? o que es una artimaña para hacernos creer que tenemos sentimientos?. Tal vez, y digo tal vez solo sea una forma que encontramos de hacernos recordar, que hay cosas por las que vale la pena equivocarnos al juzgarnos como sociedad.

Verán en lo que lleva de transcurrido septiembre que no es mucho de hecho, me he dado a la tarea de ver, pensar, y sentir de diferentes maneras todo esto que está pasando, todo eso que le pasa a las personas y que en efecto también me pasa a mi, y que puede que le pase a usted. Pero para mí ha sido más un experimento contra mi mismo, nunca he sido de celebraciones o festejos; -qué esperaban? nací en enero, mes de la peladez, ha de ser por eso que valoro más una compañía sincera.- De hecho hasta hace poco realmente me fastidiaban, sin embargo he comenzado a cogerles cariño, poco, pero cariño igual. 

Suele pasarnos que nos apresuramos entonces a emitir conceptos, juicios, señalar con el dedo, y concluir sobre algo de lo que en ocasiones (por no decir siempre) no estamos bien informados, no hemos practicado en carne propia, y de lo cual no hemos sido parte activa. Como le comentaba a un amigo, las conclusiones que saque  usted de lo que escribo, son suyas, disfrútelas; pero por favor entienda que eso no hace que sus pensamientos sean los míos. Lo que quiero decir, es que muchas veces nos negamos la posibilidad de pensar de otra manera, de sospechar siquiera que puede haber otra forma de entender las cosas, que siempre cuando se plantea una hipótesis existe la posibilidad que existan mínimo otras dos o tres. Darse la oportunidad de debatir las conclusiones que hemos sacado sin la información completa o sin la experiencia plena, es algo sano, evitará en muchas ocasiones parecer un idiota y lo mejor de todo, esto evita la proyección: poner en otros lo que hay en nosotros mismos.

Estos catorce días de vivencia del mes del amor y la amistad me han enseñado muchas cosas. Entre ellas... Bien pasando ahora al objetivo de esta entrada digamos entonces en honor a la sinceridad, que cada quien hace y entiende este exquisito mes como se le da la gana. Yo no voy a cambiar el mundo con esta joda que estoy escribiendo, usted no va a cambiar de parecer, yo ya lo hice, y seguramente la cultura seguirá siendo y haciendo lo que nosotros hagamos con ella (historicidad: más info, véase Castoriadis. La institución imaginaria de la sociedad) así que no nos digamos mentiras, y mejor sabe que, viva como se sienta a gusto y no se engañe, yo intentaré hacer lo mismo.

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