martes, 13 de diciembre de 2022

Eres suficiente?

Ese vacío del que provenimos, aquel que habitamos, que nos hace lo que hacemos es la respuesta a la pregunta. Solo desde ese vacío podemos ser, porque gracias a el creamos lo que somos.

La experiencia promedio no alcanza a ver ese vacío, aunque muchas personas viven su vida tratando de llenarlo. Es curioso, desde ese hueco que no se llena con nada, todo surge. Nuestra intención, nuestro afecto, nuestros vicios, nuestros defectos, nuestros aciertos y errores, solo tienen sentido a la luz de ese vacío. Lo que estoy tratando de decir es que esa suficiencia no es para los demás, aunque en el camino nos hayan vendido la idea de que debe ser así, me parece cruel. Cada uno de nosotros tiene ese hueco, pero no es el mismo, eso es lo bonito, Lacan decia que amar es dar lo que no se tiene... es decir, es dar sin la carencia que tuvimos, porque eso es lo único que evita que no seamos suficientes, ni para los otros ni a nuestros propios ojos.

Desde la carencia, siempre hace falta, nunca está completo, no hay perfección, nunca somos suficientes. Los seres humanos arrastramos un costal con nuestras carencias, pero pocos pueden verlo, no estoy hablando del saber qué nos hizo falta en algún punto y qué buscamos para sentirnos satisfechos. Nos vendieron la idea que el otro tiene eso que hace falta, que el otro nos completa, que puede ser perfecto y que por ende es suficiente, de manera que buscamos por todos los medio que nos entregue todo esto y si no lo conseguimos... es por que no somos suficientes... no es justo.

Estamos completos y somos imperfectos, eso es un ser humano, en su justa dimensión. La experiencia de nuestro pasado es la tela de ese costal por eso le cabe de todo... creemos inocentemente que podemos reparar nuestro pasado en nuestro presente llenándolo de todo aquello que se nos negó en su momento, que anhelamos en algún punto, o que vimos como se lo dieron a otros... que carga más pesada, cuan crueles podemos ser con nosotros mismos al mirarnos así.

Así nunca somos suficientes. Desde la suplantación de lo que fue por lo que queremos que haya sido, nunca lo somos, nos castigamos de manera repetida por ello, porque creemos que es culpa nuestra, buscamos faltas parecidas para confirmarlo... Anhelamos que todo sea diferente aunque estamos dispuestos a hacer lo mismo siempre, sin cambiar nada, sin probar otras maneras de ser y hacer, y desde ahí, todo pudo haber sido distinto en la ilusión de lo que nunca ocurrió. Que consuelo tan pendejo nos compramos para volver a iniciar el ciclo.

Que si somos suficientes? Sí, siempre lo hemos sido, la cuestión es, queremos ser suficientes? Qué hacemos si somos suficientes para nosotros? Qué hacemos si somos suficientes para el otro? Qué sigue? Ser feliz? pura mierda! Disfrutarlo? Cómo sabriamos disfrutar algo que en la perra vida hemos probado? Creo que vale preguntar, si queremos ser suficientes, por qué nos esmeramos por negarnos lo que más queremos? las personas que quieren atención, que las valoren y respeten se esfuerzan en demasía para que vean a alguien completamente diferente a quienes son realmente... quienes quieren cariño, afecto y compañía conocen tanto de la soledad que conectar con otros es una tarea titánica... quienes quieren libertad, independencia y seguridad, construyen las celdas más preciosas para no abandonarlas... Siempre hemos sido suficientes pero tal vez nos aterra tanto que preferimos dejarlo pasar.



viernes, 2 de diciembre de 2022

Sanar al otro

 Estamos dispuestos a esto? La pelea hay que darla con sagacidad. Tenemos que darla con las reglas del otro, siempre, en ello radica la fuerza y la firmeza que se requiere. Terapeúticamente hablando, sanar al otro implica comprenderlo en su justa dimensión para poder entrar en su realidad y desde ella ayudarle a construir lo que necesita para que continue su camino. Terapeúticamente hablando.

Solo puede sanarse desde la posición del terapeuta? No. Rotundo. Es curioso cuantos casos he tenido de personas que han sanado a otros me han llegado, he visto la fortaleza de la capacidad de contención de la que son capaces las personas, en especial para que apesar de los rasguños que tienen que llevar no suelten al otro, si así lo quiere.

Todos hemos sido en algún punto agentes de dolor y sufrimiento del otro, es innegable, es parte del proceso de vivir con vínculos, estos no son siempre nubes esponjosas, también son armas cargadas, y no todos tienen la voluntad o la experiencia para no apretar el gatillo, pero si no aprendermos a sostener el arma, como a todo niño con un juguete que no sabe lo que hace, termina por hacerlo. El psicoanálisis enseña que el amor es renunciar a la capacidad de daño que tenemos sobre el otro, pero lo que no enseña es que en el proceso de aprender tal capacidad nos apuntamos a nosotros mismos con la esperanza de no lastimarnos.

Quien está en proceso de sanar curiosamente tiende a buscar poner en su posición al otro, lo conocemos como transferencia en psicoanálisis, y se requiere una vez más, fortaleza para entender que no es personal, no lo hacen con la intención de daño, no es escontra la persona que quiere ayudar, es contra ellos mismos, por eso les duele, aunque muchas veces no consigan conectarse con esa emoción por el dolor que provoca; buscan empatía, que el otro se ponga en sus zapatos, los terapeutas podemos con ese peso, pero somos humanos también, y la carga se siente. Solo esa empatía puede ayudar al otro, pero al igual que los vínculos, esta también es un arma de doble filo. Qué tanto está dispuesto a ello? a sostener el arma sin dispararla? a experimentar la realidad de otra persona? Hay muchos que están dispuestos a ello, y agradezco a  mi trabajo la lección, para un pesimista, reafirma que al esperar lo peor de otros, es putamente refrezcante que haya quienes puedan pintar con afecto los lienzos que se creen oscuros, y nos tiren por la cara de un grito, ESTÁBAS EQUIVOCADO! Nos dibujan una sonrrisa.

No estoy romantizando el proceso de sanar, no nos confundamos, esto no es algo altruista, es de hecho una herramienta de aprendizaje bastante potente y por lo tanto siempre beneficiosa para quien sabe usarla. Se piensa que cuando se ayuda, se acompaña, se cuida o se contiene al otro se hace sin esperar nada a cambio y eso es falso, sí se espera, pero tal vez no se espera que la persona regrese algo -que es lo que seguramente se imaginó-, en muchas ocasiones lo que se espera es practicar o aprender a hacer esto por una simple razón, nos hace mejores. Winnicott enseña que en el juego, un niño aprende a lidiar con los productos de la pulsión, de vida o de muerte, nuestras tendencias a construir o a destruir, el proceso básico de creación y de agresividad. Funciona igual, en el juego de sanar, cuando se toma con la seriedad que un niño toma su juego, se aprende, se crean herramientas, se adquieren habilidades y se mejora la capacidad de procesamiento tanto de información como de gestión emocional, nunca ha sido gratis.

Muchas veces he mencionado en clase o en conversaciones, que el mundo no necesita psicólogos hábiles, sino mejores seres humanos, tal vez porque guardo la esperanza, muy en el fondo, de que quienes han sufrido se den la oportunidad de experimentar algo más que el sufrimiento propio, que su experiencia sea fuente de algo más que una agresividad defensiva; y que quienes se dicen buenos, tengan los pantalones de reconocer que el otro al que dicen hacerle bien, es un instrumento de mejora propio y que sin ellos, el crecimiento del que alardean les resultaría ridiculamente imposible, si no han transitado ese otro camino. 

miércoles, 30 de noviembre de 2022

Noviembre

 Qué mes.

Ha sido particularmente esta, una semana agotadora, la entrega de finalización de semestre se cruza con las calificaciones de los parciales, el letargo de los estudiantes que desean más que nada terminar, la pesadez del cansansio de un año nuevo fuera de pandemia. Todo.

Los pacientes de este mes fueron un reto en todo el sentido de la palabra, llevaba mucho tiempo sin un desgaste tan intenso. Afortunadamente cerré todos los casos con la esperanza siempre de que terminen de encontrar su camino en la vida, lo que me deja una profunda satisfacción.

Mi hermano se casó. Fue un hecho memorable. Para todos, poder haber compartido con él esa fecha tan especial me movió mucho, me desempolvó la esperanza en la construcción de una felicidad que siempre hay que lucharla, pues en un mundo tan jodido como en el que vivimos, el cariño es una renegación ni la hijueputa.

Mi emoción, bueno, está haciendo su trabajo, subir y bajar como todo lo sano. Hace mucho no se movía sinceramente. De la compasión al cariño, del cariño a las dudas, de las dudas a la esperanza, de la esperanza a la expectativa, de la expectativa a la distancia, y bueno, de la distancia a la incertidumbre... aquí vamos hoy, con la incertidumbre que todo lo pone en movimiento y con la que hay que saber navegar, sea que se decante por la calma o nos pida decisión para nuestra dirección.

Ha sido un mes de cierres, mi terapeuta de seguimiento se retira, en conjunto con el alto que le pongo a la clínica para recargar energía. La universidad entra en las vacaciones que todos esperabamos para asimilar este año mientras continuamos con la vida que no nos las da. Mi hermano cierra una época de altibajos que lo puso en el lugar en que está ahora, y que todos festejamos. Y yo, con la intención de preguntar si la espero y nos la jugamos, o le pido que me libere de la promesa que le hice de estar ahí, aunque sé bien lo que quiero que responda.


sábado, 17 de septiembre de 2022

El cacho. De la infidelidad y los vericuetos del deseo y el amor.



Qué semana. El tema recurrente fue el cacho o las infidelidades, puede que sea porque es semana de amor y amistad, puede que sea porque es más frecuente de lo que le gusta creer a la gente, puede que siemplemente esté ocurriendo. La cuestión es, que sobre este tema siempre hay tela para cortar. Siempre se puede decir algo.

-Perdonarías un cacho?- me preguntaron esta semana, creo que fue el martes o miércoles no recuerdo bien. -No. No lo perdonaría, es una decisión, requiere planeación, dirección e intención. No solo "pasa", no es el "calor del momento", no es "me tiene descuidad@", no es que "fue algo sin importancia", no es que "es solo sexo". Es una decisión. Pero antes de esto, estamos hechos para la fidelidad? mejor aún, para el amor sin cacho? Que qué tiene que ver? TODO! revisemos un poco.

Neuropsicológicamente hablando, ponemos el cacho con el cerebro, así que lo que tenga que ver con las infidelidades tiene que ver con el cerebro. Podemos empezar con el sistema de busqueda, que proporciona la excitación y la energía que activan el interés en el mundo que nos rodea; genera la sensación de que “algo bueno pasará” si se explora el entorno y se interactúa con los objetos, al tiempo que promueve comportamientos exploratorios. Su correlato neuronal se encuentra en el área tegmental ventral, y se conectan con el hipotálamo dorsolateral en su paso hasta el núcleo acumbens, el giro cingulado anterior y áreas corticales como los lóbulos frontales, la amígdala y el lóbulo temporal, y trabaja de preferencia con la dopamina como neurotransmisor. Su función entonces, como su nombre lo indica, es “buscar”, pero ¿buscar qué? Pues se creería inocentemente que existe un objeto específico para satisfacer "la necesidad"; la sed por ejemplo, el sexo por ejemplo, pero el asunto parece ser más complejo pues el sistema de búsqueda en sí mismo no parece saber qué es lo que busca (en términos psicoanalíticos, podríamos decir que “carece de objeto”. El sistema de búsqueda parece encenderse de la misma manera por todos los disparadores, y cuando está activo, solo busca algo en una forma inespecífica. Todo lo que parece saber es que ese “algo” que quiere está allá.”, lo cual representa un problema para la satisfacción de una necesidad, pues por sí solo esta tendencia inespecífica no puede satisfacer la necesidad. Aquí es donde el aspecto conectivo entre áreas cerebrales entra en escena, este sistema de búsqueda no funciona solo, está conectado con otros sistemas, como el de la memoria, el cual le ofrece las representaciones de los objetos e incluso de las interacciones pasadas entre el yo y esos objetos permitiéndole al sujeto aprender de su experiencia. Incluso cuando el sujeto está en reposo este sistema se encuentra activo, mientras uno esté vivo, siempre necesitará algo. La tarea de estos dos sistemas funcionales es distinguir cuales objetos en el mundo exterior poseen la propiedad específica de la cual el sujeto carece cuando el detector se enciende, y para ello se requiere de un subsistema que los autores (Solms y Turnburll que desarrollan esto con una profundidad preciosa) llaman sistema de obsesión, el cual seguramente conoce como circuito de recompensa, placer o refuerzo. 

Y para qué esta retarila neuropsicológica? Pues ahí tenemos las respuestas a lo que buscamos de las infidelidades y del amor. Si entendemos las infidelidades como buscar fuera lo que se tiene adentro (de una relación de común acuerdo establecida y que ha establecido la exclusividad en determinados aspectos como el emocional y el sexual) todo aquello que calce dentro de este "buscar a fuera" es infidelidad. Y si entendemos el amor como una renuncia al narcicismo primario, y que me permite establecer negociaciones con otra persona para construir algo diferente a tu narcicismo o el mío; el sistema de busqueda tiene voz y voto en ambos.

La infidelidad entonces es una acción del sistema de busqueda, la cosa va más o menos así: cuando el sistema de busqueda se enciende, rastrea a fuera (de la persona) dónde hay un objeto capaz de satisfacer la necesidad, centremonos en los dos elementos más comunes de la indifelidad (afecto y sexo), entonces, el sistema busca en la pareja si estos elementos están? Sí, y si la pareja no está? para eso está el sistema de memoria... qué dijo, este ya me dió la excusa ajajajajajaj. Las necesidades como explicabamos no cesan, incluso en reposo este sistema está encendido de manera que siempre habrá algo que deseemos (entiendase deseo como vacio, se desea lo que no se tiene). En este orden de ideas buscar a fuera, es parte del paquete de nacer humano... cierto? Pongámoslo en perspectiva, si habiamos dicho, que el amor es una relación en la que se renuncia al narcisimo para construir algo diferente a los dos narcisismos en juego, eso que se construye califica como un objeto que examina el sistema de busqueda para evaluar si puede satisfacer la necesidad? Sí, y qué pasa si el sistema le dice que ese objeto no puede satisfacer la necesidad? Va a buscar a fuera de los tres? Cuáles tres? 1 el objeto construido (amor), 2 el yo, 3 el otro como individualidad... tres objetos en relación no podrán con una necesidad? Piénselo, despacio... El amor es un objeto nuevo, es decir, que tiene la capacidad de tomar recursos de los objetos 2 y 3, yo y el/la otr@... 

Y el amor? estamos hechos para el amor? el sistema de busqueda no se va a apagar... lo entendemos ahora... no se apresure, el tema no está cerrado. La propiedad del narcisimo que dejamos de lado (el primario) da paso a uno secundario, uno que ES con el otro, que tiene la capacidad de entregar objetos (las necesidades son objetos) para que regresen a nosotros modificados y cargados con una energia libidinal adicional que el otro imprime en el cuando nos lo regresa... ahí está mí no rotundo al perdón de la infidelidad, ahí está la razón del porque no fue cosa del momento, de la calentura, del descuido, de la novedad, del que no fue importante o fue pasajero; la infidelidad no entrega el objeto al otro para que este lo modifique y me lo regrese, decide entregarlo en otro lado... 

Pordría decirse: No me has entregado el objeto! yo no puedo hacer nada si no lo sueltas! uno no puede entregar una necesidad si tiene la cadena en el cuello y apenas yo lo toque usted lo va a jalar para que regrese a usted... la carga de la infidelidad es de quien pone el cacho, de la dificultad para entregar su necesidad... que no es simplemente mencionarla lamentablemente... 

El amor vale la pena porque no estamos hechos para el. Pelearle a algo tan potente, constante y dedicado como el sistema de busqueda no es fácil, y si esa pelea se da también contra el narcisismo primario del otro, bueno... Por eso es valioso, el amor, por eso cuando se encuentra paradojicamente gracias a su acción su sistema se desorganiza... resulta una ironía... o no?

Apago el cigarrillo, bajo un poco el volumen del podcast que escucho, también el de la musica que tengo de fondo. Hago consciencia nuevamente del hambre que me ha acechado todo el día... no hice mercado hoy. 

martes, 6 de septiembre de 2022

Con permiso me desahogo.

 Llevo años sin venir... el dolor de cabeza me revuelca el estomago. Tengo nauseas, me duelen las piernas. Detesto esta sensación. La migraña es una mierda. Mi terapeuta no me atiende a esta hora así que me toca sacarme las ideas a la brava para no pasar por lo que me paso ayer: la activación que provocan los pensamientos automáticos, la tendencia a la culpa por mi falta de capacidad para satisfacer a las personas, una extraña sensación de paz a la que renuncie intempestivamente y que ahora se tiñe de la apertura que no he generado en años me tienen revuelto. Acabo de calificar parciales de psicoanálisis curiosamente... estoy en proceso de racionalización así que tengo claro los límites sobre lo que puedo entender ahora sobre mi mismo... pero porque no intentarlo?

Nunca me ha sido facil, esto de relacionarme con otros, para la gente suele entenderse como rechazo... en especial cuando estoy saliendo de mi zona de confort, hago corto circuito con facilidad, necesito aprender del otro para poder acercarme y la gente no suele tener paciencia con eso, lo sé, ha sido la constante en mis relaciones de todo tipo.

Busco que esta distancia se recorte poniendo atención, procuro de verdad escuchar lo que la gente dice y lo entiendo como eso, como lo que dicen, finalmente por algo lo hacen, alguna razón tendrán. El problema es que no siempre esa razón tiene que ver conmigo, nisiquiera con ellos, y ahí es donde me enrredo, la ambiguedad me cuesta cuando cuelgo la bata del psicólogo.

Me estresa perder la lucides con la que veo el mundo porque no ocurre muy a menudo... pocas cosas de hecho tienen la capacidad para hacerlo, y he pasado por tres en menos de dos meses que me están doliendo. No, no tengo problemas con ese tipo de dolor, para mal o para bien, en mi oficio se aprende a lidiar con el, a verlo a la cara, a enfrentarlo y a regresar para intentar solucionarlo, y aún así, siempre es más facil hacerlo en compañia, pero la única persona que ha demostrado tener la capacidad de hacerlo, insiste en que tengo que tengo que buscar a alguien más... No dejo de preguntarme si la soledad a la que quiero, bien por costumbre, bien por comodidad, bien por elección, me ha castigado con la comprensión de lo que implica ser libre, no como el acto egoista e infantil de hacer lo que me venga en gana, sino como esa responsabilidad de asumir las decisiones que me mantienen solo, la vida es ya muy hijueputa para cargarle mi peso a alguien, ya viví el guardarme esto para mí estando con alguien, y aunque tengo claro que caminar con alguien más implica que ambos jalemos juntos ambos pesos, no sé si quiero que alguien a quien ya le ha tocado lo suficientemente duro tenga que lidiar con mis vainas.

La costumbre es la madre de los peores sufrimientos, clínicamente lo entiendo, creo que eso es una fortuna, por eso cuando pienso en la soledad como costumbre la veo con compasión, porque finalmente digo para los demás que es costumbre, aunque sea una decisión que he sostenido hasta el momento y que soy responsable de ella, de mí... esta ambiguedad es mía, sí lo entiendo, pero puede coexisir sin contradicción y eso me tranquiliza. La comodidad nunca ha sido lo mío, crecí sin ellas, entiendo lo que es la vida sin estas, tal vez por eso las cosas materiales me valgan tanta verga, nunca he sentido que quiero cosas, prefiero memorias, aunque la gente esté más dada a a entregar las primeras, tal vez por eso hoy dije que no quería jugar al amigo secreto en la oficina... Tal vez por eso me duele no haber ido al circo. ¿Y las elecciones? bueno, ¿qué tanto se puede decir de algo tan fantasmático (psicoanalíticamente hablando) como eso? Elegir la soledad responde a mi mecanismo de defensa estructural... Ahí es donde se pone interesante, puede una mente ir en contra de él? Se puede renegar de este? Me encanta el hecho de solo pensar que sí... Que conquista tan hijueputa.

Lo que me aqueja me trajo aquí, otra vez, a disfrutar hacer esto solo, mientras fumo, con el ruido del ventilador y la tos que me provocan ambos, unicamente por que no tengo mis pinturas para desahogarme sin que nadie tenga la oportunidad de entender. Si llegó hasta aquí, ¿usted, cómo se desahoga?