viernes, 25 de noviembre de 2011

Y usted qué ve cuando va a una feria?

Los lugares que visitamos son en definitiva una pequeña parte de lo que es el mundo, diferente a lo que muchos creen, nuestro bello planeta no es un pañuelo aunque muchos se suenen los mocos con el. Verán, lo grande o pequeño de un lugar no radica en si nos encontramos o no con alguien, sino en cambio, si en ese lugar los significados y memorias que vienen a nosotros trascienden espacio y tiempo para evocar en un presente (en ocasiones absurdo) algo que fue, es o será.

Comienza la tarde después del almuerzo, paseo por la casa haciendo tiempo antes de ir a recoger el vestido de una fiesta para una prima. Me desplazo en el bus, llego al lugar y soy recibido con un cálido "deme cinco minutos, no me demoro con el vestido"; pues bien, se demoro una hora. Luego de tan odiosa espera, regresé a la casa, cogí mí maleta y nuevamente pá la calle. Nuevamente abordo de un bus me dirigí a mi destino: Colferias y la feria de Europosgrados. Ahí comenzó todo.

Entramos, y de una para el pabellón donde están los stand. Comenzamos por Inglaterra, diferentes universidades, diferentes ofertas de estudio, diferentes precios, ninguno menor a diez mil libras esterlinas (haga cuentas), pasamos a Holanda, igual, a Francia le hicimos el quite, llegamos a Alemania y bueno, lo que ya sabíamos, otra forma de ver la educación, para mí gusto tal vez la mejor forma de concebirla. Legamos a España, un poco más diversa casi no preguntamos pues las dudas eran puntuales, terminamos y nos preguntamos si, eso era todo?. Pues si así fue. Corto, repartiendo volantes a diestra y siniestra, atención dificultada por la cantidad de asistentes, el reducido espacio, algunas barreras lingüísticas,  y el tiempo apremiante de muchos para preguntar en todo lado posible. Salimos del pabellón y camino a la salida fuimos tentados por las yeguas de paso fino, desviamos nuestro rumbo y nos pasamos a la feria de al lado, algo equino -la verdad ni cuenta me dí-, luego vimos más al fondo otra feria, y ante la curiosidad y el despache nos dirigimos allá.

Un montón de fierros, maquinas, retroescavadoras, cosas que no sé como se llaman pero son de construcción o minería -conclusión a la que llegué mucho después de verlas-, el primer pabellón, del mismo tamaño de la feria de Europosgrados. Como no vimos mucho que nos llamara la atención pues salimos y al encontrarnos con optimus prime -un camión gigante- nos dirigimos al segundo pabellón de tan extraña feria. Que sorpresa la que nos llevamos.

Lo primero que vi al entrar no fue un cartel o aviso anunciando el tema de la feria -o tal vez si lo había, pero no lo vi- no, fue un despampanante y exquisito par de piernas, si si así de básico, instintivo y hasta tan repulsivo como suena. Una señorita de no más de 1.65mts, trigueña, cabello negro largo, y un cuerpo espectacularmente operado, se alejaba de mí de una forma que difícilmente olvidaré los próximos 15 días. Voltee la mirada y otra señorita igual de despampanante estaba ofreciendo información del stand en el que se encontraba - no pude quitar la mirada de su busto, su rostro, sus piernas y sus nalgas, razón por la cual no tengo idea de que carajo era la información que estaba entregando- si usted es hombre y está leyendo esto no sea tan imbécil de juzgarme o ponerme etiqueta de ningún tipo, usted no estuvo ahí ni vio lo que yo vi, así que guárdese su mojigatería, si es mujer, mis más sinceras disculpas pero era expresarlo tal como lo viví o encubrirlo con alguna estupidez. Como les contaba, después de la tercera mamasita que vi, sabía q esto no era normal, algo estaba pasando y por andar viendo piernas, pechos, nalgas, cinturas, rostros y formas de caminar estaba pasando por alto la temática de aquello que reunía a tan impresionantes mujeres - Ay si, tan ñoño-. Pues bien, luego de ojear diferentes lugares de exposición -y a sus respectivas niñas de protocolo- lo entendí, hidrocarburos.

Así es, hidrocarburos, ponencia!, energía!, contaminación!,plata! mucha plata!. Si ponemos atención a lo que ocurrió en ésta feria nos daremos cuenta como funciona de bien la publicidad instintiva, si nos concentramos entenderemos como funciona el mercadeo, si lo analizamos entenderemos como funciona la avaricia y definitvamente si no podemos con ninguno de estos tres procesos nos dedicamos al negocio de los hidrocarburos; claro está, si tiene la plata, o las tierras, o a los matones, el estudio es opcional.

Entre tanta niña de protocolo, poco a poco me di cuenta lo potente que es el marketing y la publicidad, el negocio como tal pasa a un segundo plano, en mi caso creo que pasa a un tercero o cuarto no estoy en el medio, no tengo ningún conocimiento al respecto, y no me interesa mucho. Es algo extraño cuando el propósito de la economía se basa en la compara y venta de productos o servicios, la publicidad y el marketing más que productos o servicios se vuelven fines en sí mismos y el propósito de la economía es entonces la dinámica simbólica del productor del deseo; no del deseo en sí mismo, sino de aquello que lo enfoca. El producto entonces juega un papel secundario en el momento del intercambio económico, el productor del deseo se convierte en el ancla del producto y estimula el deseo del otro por él.

Dicho esto, debo confesar que me atropello la idea de dejar la psicología y dedicarme a los hidrocarburos, o a la publicidad o a los negocios o al marketing o a alguna otra cosa que envuelva tres fuentes de deseo como las que vi mezcladas en la feria, las mujeres despampanantes -pasadas de ricas, en el sentido más sexual que se puedan imaginar-, el dinero en bruto y en cantidades industriales, y la destrucción de todo sentido que vale la pena preservar con nobleza.

De está feria entendí el proceso que hace que el petroleo pasea a sus derivados y de estos a habitar el cuerpo de las mujeres. El proceso de hacerle ver a las personas que una cosa es el conocimiento, una la producción de dinero, y otra la vida que elegimos vivir.

jueves, 17 de noviembre de 2011

La carta que nunca recibirás.

No te estoy escribiendo a ti, aunque me gustaría, la sensatez que aprendí la dejo de lado y simplemente me entrego a escribir lo que no dije.

En primer lugar debo decir en honor a la verdad que no sé que es lo que siento en este momento, por ello, esta carta que jamás recibirás carece de cualquier sentido. Dicho esto, puedo decir que la ausencia de claridad con respecto a mis sentimientos no son cosa de todos los días, como bien sabrás soy una persona emocionalmente distraída y poco atenta. Éste defecto a decir verdad me fascina; no imagino mi vida con la intensidad de una emoción permanente, creo que se volvería aburrido, dejaría de interesarme más rápido de lo que incluso yo mismo alcanzo a imaginar pues no habría lugar a la sorpresa y eso era algo que realmente disfrutaba. Las cosas pequeñas, mínimas imperceptibles y furtivas eso es lo que me sorprende, no el impacto de algo que te abre la boca de par en par, eso muere con una facilidad absurda, eso no es para mí.

Pasando entonces de las sorpresas, nunca dije que amo construir desde la diferencia, no como complementariedad, sino en cambio como negociación, una habilidad que nunca podré aplicar contigo aunque sea realmente bueno en dicho arte. Verás, la negociación exige una acción reciproca con un horizonte y eso es algo de lo que carezco, como sabes, querer muchas cosas como quiero yo tantas y tantas, al juntarlas no constituyen un horizonte, simplemente constituyen un montón de deseos muchos de ellos tan estúpidos que solo  podrían ocurrirseme a mí, de modo que al entrar en contacto con tu horizonte, claro y definido como me lo has mostrado, se anulan mutuamente a menos claro que la negociación aparezca, pero como dije antes, al ser yo tan incompetente para negociar contigo ese final era inevitable. No pudiste poner en marcha conmigo el potencial propositivo que tienes pero aprendiste a utilizarlo, así como aprendiste antes con otros y no conmigo a pensar para sentir y expresarte.

Pues bien pasada la negociación que nunca tuvimos es hora de escribirte sobre el porque te decía que no tan seguido. Mis negativas nunca estuvieron dirigidas hacia ti y eso lo sabes, siempre estuvieron dirigidas hacia tus círculos de sentido más cercanos, mi incompetencia social me lleva a entrar en fricción con cualquier circulo de sentido diferente al mio, por eso vivo de roce en roce con todo el mundo, y esto me lleva a requerir de mucho tiempo a la hora de tener que adaptarme cosa para la que nunca he sido bueno y que de hecho nunca me ha interesado. Sé con claridad que las negativas de sentido y la confrontación entre ellas requieren tacto, cosa que sé aplicar cuando algo no me interesa, razón por la cual la mayoría de las veces soy tan diplomático, cosa que contigo fui pocas veces y esas pocas veces fue más por autopreservación que por otra cosa.

Cierro ahora el libro, y de él conservo únicamente impresiones y momentos pequeños que así como esas sorpresas que me fascinan se mantienen en mi mente como una razón para volver a intentar tejer eso que teníamos, me siento con la curiosidad de probar negociar con "otras" para entregarle el inevitable final a un "después", y me reto a mí mismo a dejar de ponerle trabas a algo que es tan sencillo como leer esta carta que nunca recibirás.

Ahora, quiero leer otra vez, sé que tengo una forma particular de hacerlo, voy a buscar entre los libros viejos de la casa esa "otra" para redactar nuevamente a su autor o autora una carta que como ésta jamás recibirán.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Me hago responsable por lo que escribo, no por lo que usted entienda.

Si escribo que tengo ganas de comer chocolate, es porque es de eso LITERALMENTE de lo que tengo ganas; de comer chocolate, no de darte un chocolate y besar tus labios, no de sentir la febril sensación del azúcar en mi cuerpo y recordar lo dulce que eras, NO!. Quiero chocolate cuál es el maldito problema con entender las cosas tal como las escribo?.

Estoy puteado, sí, me molesta de sobremanera que las personas se las den de psicoanalistas intentando descifrar los mensajes ocultos de las cosas que escribo. De manera que les voy a desglosar lo más sencillamente que pueda la razón por la cual, cada vez que alguien intenta "descifrar" un código escondido en mi lenguaje escrito queda como un perfecto imbécil.

Literalidad: 

En primer lugar, en lo que a la escritura refiere, soy una persona muy literal, significa que si digo "si" es si, no es un tal vez, ni un depronto, ni un puede ser, es SI!. De la misma manera que si digo "no" es no, no es un si enmascarado, no es un "esfuérzate más" camuflado, no es un "dame razones para decir que si" no, es NO!. Creo que no puedo ser más claro al respecto, cuando me refiero a que soy literal cuando escribo, me refiero a que el significado de la palabra se corresponde con el sentido con el que la emito, si estoy hablando con usted (en un chat o red social) sobre cualquier cosa, no le busque peros a lo que escribo, me refiero justamente a lo que digo, ni más ni menos, si usted se imagina que quiero decir algo más, no me hago responsable por ello, son sus conclusiones no las mías.


Contextos:

En segundo lugar, en lo que a la escritura se refiere, la considero un instrumento relativamente poco desarrollado para la transmisión de mensajes mucho más elaborados que desborden los significados tácitos y explícitos de la palabra. Si usted coge un diccionario y busca palabra por palabra lo que llevo escrito hasta ahora, encontrará que algunas de las palabras utilizadas puede tener diferentes significados, sin embargo el contexto en el que se circunscriben orientan el significado por el cual se opta. Dicho esto debe tenerse en cuenta un segundo nivel de contextualidad; siendo el primero el contexto del orden de las palabras y la articulación de las mismas en frases y de estas en enunciados, y, siendo el segundo el ambiente en el que se lee, aquí debe diferenciarse de un ambiente unidireccional a un ambiente reciproco y dinámico.

Los ambientes unidireccionales de lectura se refieren a los escritos en donde el lector solo puede acceder al sentido de lo leído LEYENDO!, es decir, no puede hacer preguntas al autor, no puede interpelar un argumento y encontrar respuesta EN LAS MISMAS PALABRAS DE LAS QUE EMERGIÓ LA INTERPELACIÓN; (si cree que puede hacer esto lo felicito, su capacidad para hablar con usted mismo es más potente de lo que incluso usted mismo cree). Estos ambientes unidireccionales sin embargo tienen la facultad de permitir un desglose mayor en cuanto a lo que se refiere a la idea de la que se trata el escrito. Los libros, artículos, bloggs, correos electrónicos o notas al detalle son ejemplos de ambientes unidireccionales de escritura.

Los ambientes recíprocos y dinámicos de lectura se refieren a los escritos donde el lector no solo puede acceder al sentido de lo leído leyendo sino también PARTICIPANDO por medio de su escritura en un dialogo con los significantes del otro, y una hermenéutica de los significados. Es decir, el dialogo que se sostiene se basa en la literalidad del SIGNIFICANTE y el flujo de SIGNIFICADOS que se construye sobre los primeros; (si cree que las cosas que lee de otra persona significan lo que usted QUIERE que signifiquen, lo felicito está cada vez más cercano a un episodio psicótico, y su masturbación mental necesita un descanso). Estos ambientes dinámicos sin embargo potencian la necesidad de claridad del uso de la palabra, y si uno de los que interviene en el dialogo evita por intención o incompetencia esta claridad la consecuencia es obvia. Si usted se imagina que mis palabras en cualquiera de estos contextos se refieren a usted sin que yo lo haya mencionado, es problema suyo, esa es una conclusión suya, no mía.


El lugar del sentido:


En tercer lugar, el lugar del sentido de mis palabras escritas recoge los dos primeros puntos aquí tratados, tanto mi literalidad en la escritura como los contextos en los que las escribo otorgan ese sentido en el que dialogamos (si alguna vez me ha leído). De esta manera el lugar del sentido está correlacionado con una intención clara de comunicar algo, un lugar para hacerlo, una forma de intentarlo y un sentido que articule los anteriores. Así el sentido de mis palabras escritas emerge, se socializa, se confunde o se entiende por muchas personas; muchas de ellas por una constante maña a interpretar y confundir su intelección con mi intención y sentido evitan el rasgo más fascinante de inteligencia humana, la pregunta. Si no entiende algo, solo tiene que hacer una cosa, PREGUNTE vida hijueputa!. Esa es la única manera de respetar a otra persona cuando se la está leyendo, preguntando si lo que se ha entendido es o no correcto, de otra manera su usurpación sobre lo que otra persona escribe es una muestra morbosa y pecaminosa de demostrar que su estupidez está por encima de su sentido común. Si usted se imagina que mis palabras tienen un sentido sobre el cual no he escrito palabra alguna, nuevamente es problema suyo, sus conclusiones, su pensamiento, su interpretación y su imbecilidad, no me tache a mí de idiota.


Pues bien, es así como me hago responsable por lo que escribo, y no por lo que usted entienda de lo que escribo. Me hago responsable de los sentidos de mis palabras, de mi literalidad, y mis intenciones claras, me hago responsable de lo que quiero decir no de lo que de ello se entiende. Así es como escribo y aquí entre nos es así como leo.