lunes, 20 de abril de 2015

La culpa es de los padres.

Pensar en ser padre, ser padre, proyectarse como padre, asumir el ser padre y querer ser padre, son situaciones putamente jodidas. Quiero decir, son situaciones complejas en demasía. Es usted padre? quiere serlo? se proyecta como tal?... Lo que la gente generalmente no entiende sobre la paternidad es que eso (ser padre) no es algo que uno es como persona, es algo que se ejerce sobre un otro, y es por eso que lo considero no solo algo muy delicado sino también peligroso.

Verán yo no creo que la reflexión paternal deba girar en aquel que encarnara ese significante (el padre), quien lo subjetivará y articulará, pienso que la reflexión paterna debe darse hacia ese otro sobre el que se ejerce, los hijos, sobre ellos es esta entrada.

Los niños son esos seres que una vez fuimos, esas extrañas criaturas aquejadas por exigencias pulsionales (expectativas paternas, entre otras) que no entendíamos (muchos siguen sin hacerlo) e inmersas sin nuestro consentimiento en el mundo de las prohibiciones de los adultos (la historia de los padres es la historia de las prohibiciones hacia sus hijos). Pero más allá de ese infante freudiano nuestro niño posmoderno es más del tipo do it yourself, son más proactivos a inventar permanentemente significaciones sobre sus vivencias sexuales, familiares, frustraciones y claro está sobre todo aquello que les rodea, lo que naturalmente incluye a los padres. Sí, los niños son seres sexuales; sí, los niños son los que inventan a los padres; sí, los niños se construyen de frustruaciones y sí, ningún niño pidió venir a éste mundo, por si no fui lo suficientemente claro. Este niño posmoderno se encuentra al igual que nuestra época en una era de transiciones (como si todas las "eras" no fueran eso finalmente) se encuentra ante un discurso fragmentado y polireferencial en el cual exigirá de sus padres la claridad y el temple para anudar el deseo a la ley y permitirle transitar en este exótico delirio compartido al que llamamos sociedad.

Y es que uno de los mayores males de esa sociedad son precisamente los padres, y en especial, esos que creen que un niño piensa como un adulto, se comporta como tal y se desarrolla como tal. Los niños son síntomas, falos u objetos de los adultos, de esos que se hacen llamar padres, ningún niño escapa a ésto y esa es la razón por la cual a ningún padre le gusta reflexionar sobre su paternidad desde la perspectiva de los niños, porque entonces se enfrentan a ver en sus hijos eso que se presenta como perturbador de la noción padre-hijo. Si usted es padre, piénselo, sino lo es, que no se le olvide.

Cuál es entonces el andamiaje que prestan los padres a los hijos? puede preguntarse uno perspicazmente, teniendo claro que cualquier respuesta que se de no sera otra cosa que un problema que se ofrece al infante, para que de su solución emerja lo que se puede decir es una subjetividad en construcción. Un poco más claro, si a la pregunta anterior la respuesta es tal vez la más común, "una familia", queda claro por que decimos que se entrega al menor un problema, pues lo primero que debe descifrar es qué es eso, tal vez a nuestros abuelos llegar a una conclusión clara no era difícil, a algunos de nuestros padres les tomo más trabajo, a algunos de nosotros y nuestros contemporáneos seguro se les complicó, pero es más que cierto que a nuestros hijos definitivamente les espera una tarea a la que le van a tener que invertir muchos recursos cognitivos y afectivos, si aún se pregunta porqué sería así, permitame recordarle que en la actualidad hay por lo menos ocho tipos de familias y que en el salón de clases de un colegio me atrevo a decir que hay mínimo unos cuatro tipos diferentes; que sus hijos interactuan con los referentes de los otros niños, de los maestros, del colegio, de su propia familia y los suyos (cada cual cargado con una historia particular) y creo que entenderá que no todos son iguales y al no serlo debe articularlos y esto implica elaborar una historia, la propia. Creo que es por esto que no me gusta del todo que se diga que los niños son esponjas, creo que además son agua.


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