domingo, 21 de abril de 2013

Matrimonio.



Últimamente se ha dicho mucho sobre el matrimonio entre parejas del mismo sexo, desde quienes lo apoya, desde quienes lo rechazan y desde quienes no están seguros de si tomar partido o no. En el discurso sobre la polémica sobre el matrimonio -no me gusta eso de "igualitario"- se advierte en éste un núcleo común, más relevante que el del derecho al que todos tienen derecho, una estructura social de comportamiento que instituye el sentirse parte de la humanidad. El "matrimonio" (entendido como la convivencia-unión legitimizada entre dos personas) es una institución significativa común en todos los pueblos del mundo que, con las diferencias culturales que le son propias en diferentes contextos, estructura un patrón de comportamientos y genera valores sociales.

La cultura suele verse como una variable estructural a la que el sujeto se adhiere, de la que se aparta y la cual transforma en una compleja danza comportamental y de subjetivación con el fin de introyectar sus normas, conversar con sus sentidos y replicar o diferenciarse de los patrones de conducta que le son propios. Puede preguntarse perspicaz mente, ¿por qué la unión de dos personas deba legitimarze dentro la estructura social?... se lo ha preguntado usted? ... hágalo, si quiere claro, tómese un momento.

Existe un concepto que particularmente me encanta, el de "historicidad" (hace referencia, palabras más palabras menos, a una cuestión, cosa o persona y su interpretación de la temporalidad en los hechos), podemos ver entonces que el matrimonio como cuestión implica una reflexión propia y una que atañe a los sujetos en cuestión. Como matrimonio, hablamos de una estructura de significado en la que los sujetos se adhieren y replican patrones comportamentales cargados de sentido (sé que es redundante pero no sobra la claridad), sin embargo como sabemos llega un momento en el que esta estructura simbólica que es la cultura deja de servir de soporte al sujeto por lo cual se ve obligado a alterarla con la intención de darle su "toque personal", el cual, al encontrarse como se encuentra ahora, con un eco social como la de lo "igualitario" que deviene de la significación política de la democracia, se expande con tal facilidad que convierte en una necesidad social. El matrimonio en al línea temporal de los hechos que le anteceden sugiere una reforma para atender al sujeto.

Ahora bien, por parte de la reflexión sobre el sujeto en su historicidad sobre el matrimonio, vemos la acción de una de las practicas de sentido más poderosas de la constitución del sujeto social, la del reconocimiento del/por otro. En éste sentido no hablamos pues del reconocimiento de quien se va a casar con él/ella, hablamos de ese otro social con el que me relaciono. Las cuestiones que atañen al género tienen como latencia ese reconocimiento y el matrimonio tiene una de las mejores estructuras por la cual dicho reconocimiento fluirá con mayor eficacia por las redes de sentidos dándole a los sujetos un más visible puesto en el establecimiento de relaciones sociales en su cultura.

Pero no podemos hacer de lado las dificultades propias de la modificación de una estructura, pues como es obvio, dichas modificaciones tienen implicaciones en toda la red de sentidos y practicas que directa o indirectamente tienen alguna relación con lo que va a modificarse; y lo que va a modificarse en éste caso es... en efecto todo eso que está pensando.

Mencione al principio que no me gusta el "igualitario" dentro de esta cuestión del matrimonio, básicamente por que ningún sujeto es igual a otro, en ningún sentido, todos somos personas y el hecho de ser personas por naturaleza nos hace diferentes. En una sociedad democrática debe hacerse claridad a viva voz que la igualdad no es sinónimo de homogéneo  y ésta es una de las barreras más difíciles de flanquear a la hora de debatir con quienes aun no pueden hacer una diferencia tan simple.

domingo, 7 de abril de 2013

¿Quién es usted para dar ejemplo?

La verdad sea dicha no soy muy amigo de los ejemplos. De hecho, con mucha dificultad puedo decir que los considere algo útil salvo contadas excepciones. Considero que hay un vació muy grande en el uso de los ejemplos y que dicho vacío lo cambia todo. Tal vez, como muchas otras cosas el ejemplo se ha sobre dimensionado, tergiversado y por qué no, como mucho de nuestra hermosa cultura, corrompido su naturaleza.

Neuropsicológicamente cuando hablamos del ejemplo señalamos a las neuronas espejo. Éstas son una clase de neuronas que se activan de la misma manera en el sujeto que observa a otro -ejecutar una secuencia (acción)-, que cuando él mismo la realiza. Están relacionadas con el aprendizaje por imitación, el reconocimiento de emociones, la predicción comportamental, el lenguaje y la empatía, lo que implica que su campo de acción en la vida social es realmente amplia.

Los seres humanos poseemos una sorprendente capacidad para la imitación, nuestra cultura es un referente de ello y podemos verlo en el llamado "snobismo"; muchas familias son referentes de ello, no es gratis que la "tradición" deportista, científica o artística de los padres la repitan los hijos, o que en algunas, exista como tradición ser médico, abogado o ingeniero. Mucho de lo que somos es también referente de ello, usted y yo repetimos un sin fin de cosas todos los días sin percatarnos de ello... Puede hacer una lista? Impresionante verdad? cuando uno mira con cuidado, de pronto parece que todo lo que hacemos es una imitación o resultado de la misma. Nos vestimos, trabajamos... incluso podemos formar grupos de imitadores: los que pintamos, los que fumamos, los que estudiamos, los que tomamos, los que bloggeamos... todos pertenecemos a algún grupo de imitadores. Ésta habilidad para imitar el comportamiento se entiende generalmente como "tomar ejemplo", es la generalización más amplia sobre eso de "dar ejemplo" si me hago entender?.

Bien, ahora si miramos en retrospectiva lo que nuestra especie ha hecho con los ejemplos podemos decir que han ayudado a que seamos la especie dominante del planeta, y podemos decir también que han ayudado a que las partes más horribles de nuestra cultura se mantengan. Estamos hablando del ejemplo como la replicación de una conducta. Entonces, si bien hace parte de lo que tratamos, y sin hacer mucha profundidad en ello, podemos decir que todo lo que hace, piensa y siente un ser humano es una conducta. De modo que estamos frente a un fenómeno bastante complejo. En las diferentes edades "la de piedra", "la de bronce" y "la de hierro", excepto "la del silicio" -la actual- tomar ejemplo de nuestros congéneres en la fabricación de herramientas era algo más que replicar su habilidad en la producción de las mismas. La razón por la cual se pasó de una era a la otra es mucho más compleja que por haber "tomado ejemplo".

De igual manera socialmente no podemos decir que siempre se ha "tomado ejemplo" del comportamiento humano en grupos, el ejemplo más bonito lo dan muchas mujeres. Lo que quiero decir es que el ejemplo representa un fantasma de estabilidad, si bien es cierto que replicar algunas conductas es necesario no significa que el ejemplo sea la única o mejor forma de transmitirlas, teniendo en cuenta que lo que compone una conducta es en extremo complejo, el ejemplo presenta vacíos "pedagógicos" -por llamarlos de alguna manera- que el sujeto que imita llena.

El ejemplo entonces como "estabilizador", "agente" socializador y de "permanencia" se nutre -como todo comportamiento- de las posibilidades que ofrece nuestro cerebro y la cultura en la que éste se encuentra inmerso, al mismo tiempo que lidia con agentes de inestabilidad y alteración como la creatividad y la autonomía. Cuando se dice "siga el ejemplo", "coja ejemplo" o alguna de sus variaciones no se refiere únicamente a que replique la conducta que se está ejecutando o señalando; a lo que se refiere es a que aprenda de ella -lo que convierte al usuario del dicho en un incompetente comunicativo-. Y teniendo en cuenta lo que mencionamos sobre las neuronas espejo, el límite de ese aprendizaje se sitúa en la significación del mismo. El cerebro puede replicar movimientos gruesos o finos, tono o intensidad de la acción, puede hacerse una idea del estado emocional general que acompaña la conducta, anticiparla y predecir una variedad de acciones subsiguientes, pero lo que no puede hacer es usurpar el significado que la conducta posee para quien la ejecuta y por lo tanto al replicarla ese vacío la distorsiona. Aunque pueda imitarla su replica es ontológicamente diferente. Su cerebro, usted, se verá forzado a significarla de una u otra forma y los procesos implicados en ello curiosamente no están destinados al sujeto que interpreta, sino que se dirigen a su contexto; usted es menos importante para su cerebro de lo que imagina.


La ambivalencia que suscita el ejemplo es muy fuerte y socialmente tiene consecuencias desagradables, hay frases muy tristes sobre ello:

"El ejemplo no es la cosa más importante que influye sobre otros. Es la única cosa": aquí descartamos todo ese entramado de andamiajes socioculturales al que llamamos educación... y me salta una pregunta al leer morbosamente esa frase: ¿cómo se supone que se aprende el noble arte de la reproducción sexual, copulación, ñanga ñanga, follar, culiar, tirar o el mete-saca que llaman?... quién le va a dar ejemplo?

"Largo es el camino de la enseñanza por medio de teorías; breve y eficaz por medio de ejemplos": aquí la cachetada que se le da a la codificación, categorización y emergencia de las teorías sobre el conocimiento que poseemos es atrevida. La construcción del conocimiento entonces no es pedagógicamente útil. OJO! la referencia aquí al ejemplo es a demás a una "metáfora" -o eso prefiero creer- ese artilugio retórico que permite gracias a la capacidad de asociación de la mente y el lenguaje expresar un concepto o situación por medio de un concepto o situación diferente al inicial pero que guarda cierto tipo de semejanza relativa. Recordando siempre, que una metáfora no explica nada.

"las palabras convencen, el ejemplo arrastra": me pregunto ¿por qué la corrupción política tiene un marcado estrato social...?, entre otras,  me pregunto también si ésto aplica a aquellos que han crecido con figuras parentales heterosexuales y ahora hacen parte de la comunidad LGBTI? no sé, considero pertinente hacer éste tipo de preguntas...

 A muchos les parece raro que yo como fumador niegue mis cigarrillos -y de paso les haga mala cara- a quienes por primera vez quieren fumar o pese a haberlo dejado quieren reincidir, bajo la consigna "usted no tiene derecho a decirme que no fume, deme ejemplo"...

¿Cree usted que no tengo derecho a decirle que no fume?

¿Quién cree que soy yo para darle ejemplo?.